dijous, 10 de maig del 2012

Para bailar sardanas estamos



monumento a la sardana en barcelona
Creo que es un deber de todas las regiones españolas llevar su cultura más allá de nuestras fronteras, pero del mismo modo también creo que esto se debe hacer cuando nuestra economía nos lo permita.

El pasado día 4 comentaba en este blog que el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, Convergencia i Unió (CiU), debido a la deuda tan cuantiosa que se encontró al ganar las elecciones de 2010, tuvo que hacer varios recortes, algunos de ellos muy delicados como son la Sanidad y Enseñanza. Desde entonces los profesionales de estos dos colectivos han salido a las calles de toda Cataluña en señal de protesta.

El departamento de Cultura de la Generalitat hizo públicas las subvenciones concedidas en el ámbito de la cultura superiores a 3.000 euros, tal y como exige la normativa vigente en materia de subvenciones públicas.

Las ayudas públicas concedidas responden a numerosos programas culturales financiados por el gobierno presidido por Mas y entre ellas podemos encontrar sabrosos ejemplos de la forma en que la Generalitat  administra los fondos públicos, a pesar de que su situación financiera es suficientemente grave.

El año pasado, por poner algunos ejemplos tal como se puede comprobar, el gobierno de Mas concedió 95.000 euros para una "Tamborinada", 90.000 euros para el XIV Encuentro Internacional de la Sardana a celebrar en la capital de los Alpes franceses, Grenoble, así como varias ayudas de cuantía parecida para exportar también la rica tradición de los Castellers -castillos humanos- incluso al otro lado del Atlántico. El ejecutivo se hizo cargo también de los seguros de vida y responsabilidad civil de los integrantes de las agrupaciones de castellers que fueron al extranjero a mostrar su arte, con un coste de 299.500 euros.

Nuestros políticos deberían de ser más serios y responsables, y deberían de abstenerse de dar según que subvenciones al día de hoy cuando en este caso en Cataluña se están cerrando ambulatorios, quirófanos y familias pasando hambre, por poner algunos ejemplos.