divendres, 19 d’agost del 2011

De políticos a vividores

  Francisco camps y carlos fabra

Carlos Fabra también seguirá el ejemplo de Francisco Camps -ambos en la foto- y mantendrá privilegios como su sueldo de 90.000 euros al año, coche oficial, chófer y guardaespaldas. Fabra, que ha dejado de ser presidente de la Diputación de Castellón, se reincorporará hoy a su plaza de secretario general de la Cámara de Comercio de Castellón.

Según han reconocido desde la institución Fabra recuperará la plaza que tiene en propiedad y por la que cobrará 90.000 euros, repartidos en 15 pagas de 6.000 euros.

Además, a sus 66 años mantendrá privilegios con los que contaba cuando era presidente de la Diputación como el coche oficial y el chófer. También tendrá guardaespaldas, aunque Fabra asegura que se los costeará el Partido Popular, esto no se lo cree ni él.

Como secretario general de la Cámara de Comercio será el director de todos los servicios de la institución, dará fe en los plenos y comités, se encargará de la promoción exterior, y de la jefatura de personal. Además, Fabra también seguirá siendo el presidente de la empresa gestora del aeropuerto de Castellón, el polémico recinto que estrenó sin siquiera tener licencia para recibir vuelos.

Fabra se apunta así a la moda iniciada por Francisco Camps, que tras dimitir de su cargo como presidente de la Generalitat Valenciana al conocerse que será juzgado por recibir trajes de la trama Gürtel, se acogió a una ley que mantenía sus anteriores privilegios. Así, el político imputado seguirá teniendo coche oficial, asistente, chófer y despacho propio. Igualmente, Camps estará ahora en el consejo consultivo de la comunidad, donde seguirá percibiendo un salario público.

Pero no olvidemos que aparte de Carlos Fabra y Francisco Camps, el expresidente de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, y el expresidente del Parlament de Catalunya, Ernest Bernach, cuando dejaron sus cargos tras perder las pasadas elecciones a la Generalitat no se fueron hacer cola en la oficina de desempleo como los cinco millones de españoles que desgraciadamente han perdido su empleo.