dissabte, 9 d’abril del 2011

El dolor de una madre

  hortensia gómez, madre del guardia civil alberto amancio alonso gómez, asesinado por eta el 25 de abril de 1986

El jueves comentaba en este blog el curriculum del etarra Iñaki de Juana Chaos, entre los seis atentados en los que esta rata asesina participó, está el del 25 de abril de 1986. Un coche-bomba cargado con 25 kilos de goma 2 y metralla hace explosión al paso de un Land Rover de la Guardia Civil en el que viajaban nueve guardias civiles con misiones de vigilancia en las embajadas del barrio de Salamanca en el cruce entre las calles de Juan Bravo y Príncipe de Vergara. Cinco agentes de la Guardia Civil resultan muertos: Juan Carlos González, Vicente Javier Domínguez, Juan José Catón Vázquez, Juan Mateos Pulido y Alberto Amancio Alonso Gómez.

Ayer, Hortensia Gómez, madre de Alberto Amancio Alonso Gómez, recordaba una vez más a su hijo y las palabras que éste le dijo cuando decidió vestir el uniforme de la Guardia Civil. Cariñoso, deportista, estudioso... Llevaba la vida militar en la sangre. Su abuelo y su tío eran militares, por eso, Alberto decidió seguir sus pasos. «Mientras estudiaba la oposición para militar le suspendieron en salto a caballo y decidió irse a la academia de Úbeda».

Es allí cuando se hizo guardia civil. Sus profesores le recuerdan como un alumno «muy listo», «con una gran valía». «Me dijo que si sacaba buenas notas elegiría el mejor destino.

Él quería irse al País Vasco, pero me daba miedo, le pedí que se fuera a Madrid», recuerda Hortensia, que a veces siente una tristeza mezclada de culpabilidad por haberle influido en su elección. «Nunca pensé que en Madrid me lo matarían». Alberto había tenido que asistir ya a otros compañeros caídos por el terrorismo. «Tras el atentado de República Argentina me llamó y me dijo: “La próxima me toca a mí, estoy en un sitio de mucho riesgo”». «¡Pero qué dices, hijo!», le dije.

En la mañana del 25 de abril de 1986 Alberto, con 23 años, viajaba en el Land Rover ocupado por nueve guardias que hacían labores de vigilancia de la Embajada de EE UU y la de Italia. Al pasar por Juan Bravo, un coche con 12 kilos de goma 2, 12 de amonal y 48 de metralla, explosionó.

Han pasado casi 25 años y el tiempo no ha mitigado el dolor. «Las noches son muy duras para mí. A veces hablo con él, y siempre le rezo». No me creo ninguna tregua y me indigno al pensar que el asesino de mi hijo, De Juana Chaos tuvo concesiones por parte del Gobierno.

Y terminó diciendo: «¿Qué hubiera pasado si hubiera sido un hijo de Zapatero o Rubalcaba? Con la memoria de mi hijo no se puede negociar». Y espero que los abertzales no vuelvan a las elecciones. «Que los dejen sin dinero y sin nada, pero ya».

Hoy a las cinco de la tarde se celebrara en Madrid una manifestación por la derrota del terrorismo: ETA fuera de las elecciones. Cabe destacar que a esta manifestación asistirán por primera vez los sindicatos de los Cuerpos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, y millones de españoles estaremos con el corazón apoyando a las victimas.