Sergio Cicala y Filomena Kabouree, el matrimonio italiano liberado el viernes pasado por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), aseguraron ayer que sus captores les trataron bien y expresaron su temor por los dos cooperantes españoles en manos del grupo terrorista, Albert Vilalta y Roque Pascual, ya que aseguraron que el calor del desierto es infernal y por tanto podrían estar "en peligro".
"Honestamente, nos trataron bien. Nunca estuvimos atados", explicó Kabouree, en las primeras declaraciones desde que ella y su marido fueron liberados en Malí la semana pasada. "Comimos bien, incluso teníamos pan y leche para desayunar. Nos dieron todo lo que ellos comían. El único problema era el calor", añadió Kabouree, natural de Burkina Faso.
Según indicó a Reuters una fuente de la presidencia de Burkina Faso, el matrimonio italiano no permanecía retenido junto a Albert Vilalta y Roque Pascual, pese a lo cual Cicala ha expresado su preocupación por la suerte de los dos últimos rehenes de AQMI --que ya liberó a la española Alicia Gámez y a otro rehén francés--.
"Hace mucho calor en estos momentos y es muy importante que Europa entienda que no puede encontrar una solución a este problema sola, sino mediante la cooperación con Burkina Faso, Malí y otros países árabes", subrayó el ex rehén italiano. "Tiene que haber una solución rápida porque los españoles están en peligro", ha subrayado.
Varios países afectados por la presencia de AQMI se han esforzado por colaborar de forma efectiva contra este grupo terrorista, que se ha aprovechado de la vasta y escasamente poblada zona fronteriza entre Argelia, Malí, Níger y Mauritania. Estos cuatro países tienen previsto crear una base militar conjunta en la localidad de Tamanrasset, en el sur de Argelia, para contrarrestar esta amenaza, según informó precisamente Argel.
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