dijous, 4 de febrer del 2010

El problema es el paro, no la foto con Obama

  cola en la oficina de empleo

Frente a los 4.048.493 de ciudadanos que están en el paro, todo lo demás suena a broma. Broma es recrearse en el chasco planetario que se ha llevado Zapatero al saber que Barak Obama no vendrá a España para iluminar la presidencia española de la Unión Europea.

Cabe recordar el entusiasmo adolescente de Leire Pajín cuando dijo aquello de que tomáremos nota de la conjunción planetaria que ofrecerá el encuentro Zapatero y Obama. Pues no, no habrá tal encuentro con Obama, y a lo mejor es bueno que así sea, porque Zapatero tiene un compromiso ineludible con el primer problema de España: el paro.

Más de cuatro millones de parados, 124.800 en el último mes; más de un millón sin cobertura social. De esta cruda e insoportable realidad y no de conseguir como sea una foto con Obama, es de lo que se debería de preocupar Zapatero.

El drama es la desesperación de los cuatro millones de desempleados y los 17.000 autónomos que cerraron su negocio en el mes de enero, no que Obama le haya dado plantón. Pero, claro, mientras se habla del plantón, de las jubilaciones a los 67 años, del aborto, etc. no se habla del paro que es lo que le interesa a Zapatero y compañía.

Ayer mismo el responsable del equipo de empleo de Cáritas-España, Félix Miguel Sánchez comentó que en 2009 se habían multiplicado el número de personas en la atención social en comparación con 2007, y “algo semejante ocurre con los programas de empleo”.

Y quiero decir para terminar, que el hecho que Zapatero no asistiera al funeral por el soldado español John Felipe Romero Meneses, fallecido en un atentado en Afganistán, es vergonzoso e inperdonable, teniendo en cuenta que el funeral se hizo por la mañana en Barcelona, y él hasta la tarde no viajaba a EE.UU para asistir con su ídolo Obama al Desayuno Nacional de Oración.