Uno de cada cuatro adolescentes hijos de padres separados se inician en el alcohol y las drogas a edades más tempranas que otros jóvenes de su edad, según datos presentados en el marco del 58º Congreso de la Asociación Española de Pediatría, que se ha celebrado estos días en Zaragoza.
Según expuso Paulino Castells, profesor de Psicología de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona, el 25% de estos jóvenes se inicia en estos consumos a los 14 años. A los 17, más de la mitad consumen estupefacientes y beben alcohol de forma habitual.
Este experto apuntó que las consecuencias de una separación dependen en gran medida de la edad del niño. Así, en los pequeños, el síntoma más acusado es el temor a perder a sus padres, lo que se traduce en ansiedad, pánico a salir fuera de casa, trastornos del sueño y miedos nocturnos.
En adolescentes, la repercusión de la separación se transforma en la adopción de hábitos de vida de mayor riesgo, como el consumo de drogas.
En 2008 se produjeron en España más de 131.000 separaciones, según recordó la Asociación Española de Pediatría.
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