Las celebraciones navideñas tienen un fuerte impacto emocional en los ancianos, muchos de los cuales son internados por su familia en centros especiales de cuidado por lo que durante estas fechas aumentan los casos de depresión.
"Alrededor de las fiestas y reuniones familiares, los ancianos se sienten más un estorbo que una ayuda”, aseguró la psicóloga Niza Rodríguez especialista en familia.
Debido a que entre las familias hispanas es menos frecuente enviar a los familiares ancianos a centros de cuidado especial, el estar presentes durante las celebraciones navideñas y de año nuevo les puede aumentar una sensación de inutilidad, haciéndolos sentir "inservibles".
"Sus limitaciones físicas, junto con los frecuentes quebrantos de salud se unen a la remembranza de otras épocas en las que ellos eran participantes activos en las celebraciones, haciéndolos más vulnerables a la depresión y la tristeza”.
A esto se suma que la mayoría de las personas en esta época se concentran en las necesidades de los niños, de acuerdo con el doctor Rick Smith, director de un centro de cuidado de ancianos.
"La depresión en los padres o familiares mayores tiende a aumentar y presentarse con más frecuencia durante diciembre y enero”
El doctor Smith recomienda a los familiares y amigos de personas mayores, que recuerden que esta época puede ser la más estresante del año para los ancianos.
"Los ancianos en algunos aspectos se comportan como niños", anota la psicóloga. "Hay que estar alerta a los síntomas de depresión y tratar de involucrarlos lo más posible en las actividades de esta temporada".
Es una época excelente para que los niños saquen un tiempo y vayan con sus padres a un centro de cuidado para visitar a los ancianos, de quienes, quizás nadie más se acuerde en estas fiestas.
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