diumenge, 25 de novembre del 2007

Verdades sin edad (y III)

  Una muestra de amor y cariño

El doctor De la Mora recomienda explicarle a la chica que, en otros tiempos, su papá y su mamá se gustaron tal y como eran, previo a la existencia del boom del “agrandamiento de senos”.

Sexo y amor: Cuando ya hay un novio o novia, hay que hablar claramente al hijo de la responsabilidad que implica tener relaciones sexuales, incluyendo un posible embarazo o bien las enfermedades de transmisión sexual.

Embarazo no deseado: Aunque es difícil para el padre de familia conocer que su hija o la novia de su hijo ha quedado embarazada, pese a las advertencias, es importante no renegar de una manera negativa.

Hay que hacerle ver al joven que esto fue la consecuencia de haberse precipitado, de no haber seguido los consejos, y que a partir de entonces deberá asumir una responsabilidad.

Reglas para hablar de sexo. El tema debe ser tratado muchas veces a lo largo de la vida.

Referirse por su nombre y con naturalidad a los órganos sexuales, para dar cualquier explicación a una pregunta: pene, vagina, vulva, ano, etc.

Aprovechar situaciones planteadas en cine o la TV para preguntar al niño o joven qué sabe acerca de temas como el amor de pareja, el abuso sexual de menores o las enfermedades de transmisión sexual.

La religión no tiene porqué reñir con la discusión abierta, sincera y clara de los temas sexuales. En todo caso, los valores aportan una mayor dimensión al aprendizaje.

Tanto en las niñas como en los niños hay que tomar en cuenta que se les debe advertir que nadie, absolutamente nadie, debe tocar su cuerpo, bajo ninguna circunstancia.

No se puede generalizar respuestas para la gran variedad de preguntas que debe surgir, sin embargo un criterio debe prevalecer: la verdad.

En el caso de adolescentes, conviene conseguirles libros que expliquen la temática del amor y la sexualidad, el embarazo y el funcionamiento de los órganos sexuales.

Asimismo una conversación con el médico de confianza, en presencia de los padres, puede ayudar a disipar cualquier duda.

Todo padre o madre debe saber los cinco conceptos clave:

Comunicación: Nunca se debe evadir preguntas, ni cambiar de tema, ni regañar o desmotive al niño a plantear sus dudas.

Confianza: Es indispensable entablar contacto constante para que el niño o joven comente espontáneamente sus dudas. Si esto se descuida, el chico se siente carente de apoyo, culpable, o ignorado.

No subestimar: Tratar de explicar un proceso natural del ser humano como la penetración genital, por ejemplo, con términos “adornados” es nocivo. Aunque tampoco se trata de utilizar palabras soeces o ser excesivamente descriptivo, hay que perderle el miedo a la verdad.

No esperar el “momento”: “Cada oportunidad que tengamos es idónea para inculcar valores sexuales en nuestros hijos”, expresa la psicóloga Biba.

No inculcar tabúes: Asociar todo lo que tenga que ver con sexo y sexualidad a algo “malo”, “cochino”, “maligno” o “secreto” es fomentar un ser reprimido, amargado y probablemente alejado