dissabte, 24 de novembre del 2007

Verdades sin edad (II)

  Unos padres educando a su hija

Ante la presión de amigos, la TV, el Internet, libros, cine y otros factores que pueden no estar en las manos de los padres de familia, es importante crear una actitud sana hacia el sexo, lo cual no permitirá que el joven se “desvíe” de su formación y sus valores.

Cuando falta comunicación y apoyo en el seno familiar, los pequeños acuden a los siguientes agentes socializadores, como son el colegio, las amistades, y los medios audiovisuales.

Si no se fomentan valores, ni se ha tenido una actitud de apertura en lo referente a la formación sexual, la competencia entre lo que usted le diga y lo visto en TV o lo que le “comentó” un amigo, será mucho más dura. Para evitar discusiones o distorsiones, en las cuales salen ganando los agentes externos, lo mejor es hablar con su hijo o su hija desde muy temprana edad, llamando a las partes del cuerpo por su nombre y no con eufemismos.

En una época en que lamentablemente la pederastía y la prostitución de menores suenan más en las noticias, es bueno que los hijos estén informados para que sepan discernir entre la verdad y la mentira de potenciales agresores, para que siempre pueda decir no o saber cuándo pedir auxilio.

Además, se dan otras interrogantes respecto a situaciones o conceptos directamente relacionados con la sexualidad. Ello a menudo toma por sorpresa a los padres, como por ejemplo la masturbación. Desde los 10 años aproximadamente, a los niños les entra la curiosidad de tocarse los genitales, lo cual les dará una sensación de placer.

Esto es totalmente normal, aunque las religiones lo prohíben. Sin embargo, cabe hacer reflexionar al adolescente sobre el verdadero sentido y función de sus partes genitales.

¿De dónde vengo? es la pregunta del millón que puede surgir en la infancia temprana, y como se mencionó anteriormente, se debe responder con la verdad.

Una manera correcta de explicar el acto sexual es decirle al niño o a la niña que el padre y la madre expresan su amor de esta manera, que se dan ciertos procesos biológicos y que nueve meses más tarde nace el niño.

Menstruación: A la niña hay que hacerle ver que en algún momento de su vida empezará a tener su período mestrual, y que es algo normal e inicio de su buena salud. Hay que prepararla mucho antes de que ocurra para evitar pánico.

Homosexualidad: Surgirá la duda en sus hijos de por qué existen ciertas personas que se enamoran del mismo sexo. La clave radica en explicarles que estas personas piensan de una manera diferente, y que la relación hombre-mujer es lo socialmente aceptado.

Obsesión con la imagen: Las adolescentes son bombardeadas constantemente con estereotipos e ideales que deben conseguir, sobretodo mediante la publicidad, y de los cuales el tamaño del busto se convierte en una obsesión.