Ya va siendo hora que digamos “Basta ya” y si el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Partido Popular (PP), tuviera lo que tiene que tener entre el arco del triunfo cortaría de un plumazo las subvenciones a estos sindicalistas vividores, y si quieren comer que lo hagan de la cuota de sus afiliados o vayan a trabajar cada día como hemos hecho y hacen al día de hoy millones de españoles. No tenemos bastante en pagarles unos buenos sueldos, que encima tenemos que pagar todo lo que unos salvajes destrozan.
Estos vividores llamados Ignacio Fernández Toxo (CCOO) y Candido Méndez (UGT), parece ser que no saben que las leyes se debaten, se aprueban o se desaprueban en el Congreso de los Diputados, ya que allí están los representantes elegidos democráticamente por los españoles. Por lo tanto ellos no son quienes para exigirle al presidente del Gobierno sea de color que sea que tiene que contar con ellos para confeccionar una reforma laboral, si se ha hecho hasta ahora ha sido por mera cortesía, pero no por una obligación, por lo tanto no pueden amenazar con un conflicto a la “griega” si el Gobierno no cede, el Gobierno hara lo que se apruebe en las Cortes, les guste más o les guste menos, estaría bueno que tuvieran que lagislar una ley a gusto de cada uno.
Lo ocurrido ayer en España y principalmente en Barcelona es muy grave, y viene muy bien a la frase que dijo no hace mucho tiempo un político “Lo que se pierde en las urnas hay que ganarlo en la calle”. Recuerdo que no hace muchos meses crucificaron al consejero de Interior de la Generalitat de Catalunya, Pelip Puig, y a los Mossos d’Esquadra -Policía de Cataluña- por el desalojo que hicieron de los indignados de 15-M en la Plaça de Catalunya de Barcelona, ayer no leí en ningún periódico digital o papel que ningún perroflauta y sus fans hayan censurado a estos que pegaban a la gente por criticar su actitud, o por negarse a cerrar su negocio, cuando tan legitimo es hacer huelga como trabajar, pero esta gentuza no lo entiende así.
Ayer toda la prensa internacional se hacía eco de lo ocurrido el jueves en Barcelona, algunos de sus lectores al ver a primera vista las fotografías de las portadas se creían que se trataba otra vez de Grecia, pero se quedaron muy sorprendidos cuando vieron que se trataba de Barcelona. Queda claro la imagen que hemos dado de cara al exterior.