Del mayor atentado terrorista de toda Europa prepetrado en Madrid hoy hace justamente ocho años nos queda muy poco que decir, pero mucho que saber.
Durante estos ocho años somos muchos los que hemos escrito sobre el 11-M, pero estos atentados han dejado muchas sombras y puntos oscuros que no se han querido esclarecer, y aunque se celebró un juicio que cerró una herida en falso, porque se hicieron desaparecer muchas pruebas para que no supiéramos nunca la verdad de quienes fueron los autores y quienes había detrás de esta masacre que segó la vida a 192 inocentes, y cambió la vida a las 1587 personas que resultaron heridas.
Un año más, las víctimas y las asociaciones de víctimas organizan una serie de actos con motivo del octavo aniversario de esta masacre, que este año ha venido precedido del descubrimiento por parte de periodistas del diario Libertad Digital de los restos de uno de los focos de explosión, concretamente de la bomba que supuestamente estalló en uno de los trenes en los atentados de este día en la estación de Santa Eugenia.
La Fiscalía de Madrid ordenó el precinto de estos restos, aparecido recientemente en un almacén del distrito madrileño de Villaverde. Esta decisión se produce después de que el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, diera instrucciones al fiscal jefe de Madrid para que averiguase si procedía investigar los restos.
Por otra parte, las conmemoraciones de este año están rodeadas por la polémica provocada por el hecho de que los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO), haciendo gala de una nula sensibilidad y falta de respeto hacia lo que significa esa fecha para todos los españoles, y muy especialmente para estas victimas inocentes, hayan escogido hoy para convocar una nueva manifestación de protesta contra la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy.
Pero lo que me parece más grave y vergonzoso aún, es, que Pilar Manjón, presidenta de la asociación “11-M Afectados por el Terrorismo”, madre de Daniel Paz Manjón, de 20 años muerto en el tren que explotó en El Pozo, diga que estará detrás de la pancarta en la manifestación -no olvidemos que es ó era, no lo se ni me importa, miembro de la ejecutiva de CCOO-, y se oponga a que se siga investigando esta masacre para saber quienes fueron los que le mataron a su hijo. Con ello queda muy claro quien es esta señora que antepone la reforma laboral al clamor de todos los españoles en querer saber toda la verdad de este día inolvidable de todas las personas de bien, como es el 11 de marzo de 2004, día que por cierto cambió la historia de España, y desgraciadamente la cambió para mal.
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