Las “aguas podridas” de España

En la clausura del XVI congreso de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) que se clausuró el pasado domingo en Reus (Tarragona), un niñato -y digo niñato porque quien no sabe respetar no puede ser respetado- llamado Oriol Pujol Ferrusola, hijo del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, dijo en su primera intervención como secretario general de CDC defendiendo la necesidad de que Cataluña sea independiente a nivel económico ante una España en la que ve "aguas podridas".

Este niñato quizás por su juventud, fanatismo o ignorancia no sabe que en las décadas de los años 50, 60 e incluso la de los 70 muchos andaluces, extremeños y de otras regiones españolas vinieron a trabajar a Cataluña, y gracias a ellos hoy Cataluña es la que es, porque solamente con la mano de obra catalana hoy Cataluña no seria una de las principales regiones de España.

También este niñato ignora que casi todas estas personas quieren a Cataluña y se sienten catalanas -no catalanistas como él-, y aunque estén totalmente integradas y tengan hijos y nietos nacidos aquí, quieren a su tierra, y esta tierra forma parte de esta España que según él tiene las aguas podridas.

Aunque esta actitud no es casual, esta actitud es fruto de la educación que le ha dado su madre, Marta Ferrusola, la que en su día arremetió contra el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla -nacido en Iznájar (Córdoba), por llamarse José en vez de Josep, y recordó que sus hijos, cuando de pequeños los llevaba al parque, a veces regresaban junto a ella compungidos para decirle: "Avui no podem jugar, mare, tots són castellans" ("Hoy no podemos jugar, mamá, todos son castellanos").

Como catalán que soy me da mucha pena que este niñato se olvide que personas que viven aquí pero son nacidas fuera de Cataluña con sus impuestos les están pagando el sueldo a él y a su padre, y ahora con su actitud está destruyendo esta tierra tan bonita y crea un odio hacia ella e incluso a quienes hemos nacido o vivimos aquí.