Cuando el pasado 29 de marzo millones de personas veíamos con gran tristeza como ardían algunas calles de algunas ciudades, sobre todo las de Barcelona que se llevaron la peor parte, como se golpeaba a las personas que no quisieron segundar la huelga, se rompían escaparates, cristales de entidades bancarias, etc. A raíz de ello el ministro de Interior del Gobierno de España, Jorge Fernández Diez, Partido Popular (PP) y el consejero de Interior de la Generalitat de Catalunya Felip Puig, Convergència i Unió (CiU), están trabajando para unas reformas legales para atajar la violencia callejera de estos indeseables y cobardes que destrozan todo lo que encuentran con la cara cubierta.
Ayer en la Plaça Catalunya de Barcelona se manifestaron unos cientos de personas en contra de estas reformas para convertir a estos indeseables en una especie protegida.
Entendería que esta manifestación la hubiesen convocado los sindicatos o algún partido político, pero no, no fue así, la convocó la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), bajo el lema 'Paremos los recortes a los derechos y las libertades civiles'.
Es sorprendente que el lema fuera 'Paremos los recortes a los derechos y las libertades civiles' ¿Acaso quemar más de trecientos contenedores solo en Barcelona capital es un derecho de libertad civil? ¿Acaso destrozar escaparates es un derecho de libertad civil? Estos señores como asociaciones de vecinos que son, en vez de pedir que no se recorten los derechos a las libertades civiles, deberían de condenar los hechos vandálicos de toda esta gente ya que quienes pagamos todos los destrozos en este caso somos los catalanes.
Yo que he estado ocho años al frente de una asociación de vecinos de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) ciudad en la que vivo, tengo que decir que toda nuestra lucha con el ayuntamiento siempre fue para mejorar nuestro barrio, respetar y hacer respetar el mobiliario urbano para el disfrute de todos los vecinos, por tal motivo no entiendo que ahora sea la FAVB la convocante de esta manifestación, salvo que algunos de estos indeseables que queman las calles sean hijos o nietos de estos, y temen que se les castigué duramente.
La protesta servio además, para reclamar la puesta en libertad de dos estudiantes, miembros de la Associació d’Estudiants Progressistes (AEP), arrestados el 29-M cuando trataban de cortar el tráfico en la avenida Diagonal valiéndose de contenedores, lo que ha merecido intensificar el celo policial para evitar posibles actos vandálicos que, finalmente, no se han producido. La juez decidió el pasado martes mantenerlos en prisión al entender que existía riesgo de fuga y para impedir su participación en protestas fijadas para mayo, en las que podrían tener lugar nuevos altercados, como son el Primero de Mayo o la Cumbre del Banco Central Europeo que se celebrará en Barcelona entre el 2 y el 4 de mayo.
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