diumenge, 8 d’abril del 2012

La Legión y la exministra Carme Chacón

  legionarios portando al cristo demena

La Legión ha sacudido el corsé laicista de la exministra de Defensa, Carme Chacón, ha participado en 30 procesiones durante la presente Semana Santa. Desde el pasacalles de escolta al Cristo de la Buena Muerte popularmente conocido como el Cristo de Mena, protector de este cuerpo militar de élite y Nuestra Señora de la Soledad de Málaga, hasta las sangrantes calles de Lorca (Murcia) donde acompañó a Nuestra Señora de de la Virgen de la Amargura en su pasión, gloria y resurrección compartidas, las tropas más identitarias de las Fuerzas Armadas se unieron en los festejos procesionales a 23 hermandades de siete provincias españolas.

La fervorosa inmersión de la Legión en la Semana Santa recupera la normalidad tras el septenio socialista de José Luís Rodríguez Zapatero, Partido Socialista Obrero Español (PSOE), durante el que se trató de reprimir la tradicional relación del Ejército y la Cristiandad en base al carácter aconfesional de las instituciones públicas. Sin ir más lejos, la participación de legionarios en la celebérrima marcha de la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Soledad se remonta al año 1928, por solicitud de la propia Congregación de Mena. De todos los pasacalles con intervención militar, los menos veteranos datan de 1998, cuando las hermandades de Nuestra Señora de los Dolores (Alhama de Murcia); las cofradías de Nuestra Señora de las Angustias Paso Azul (Cuevas del Almanzora, Almería), de Nuestra Señora de las Angustias y del Santísimo Cristo de la Buena Muerte (El Ejido, Almería), y del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad (Dalias, Almería); y los ayuntamientos de Adra y de Pulpi (ambos municipios también pertenecientes a la provincia de Almería) requirieron a los militares de élite para que los acompañaran en su emotivo caminar de Semana Santa.

Durante sus tres años y medio al frente del Ministerio de Defensa, Carme Chacón se afanó en perseguir la simbología y tradiciones religiosas que escoltan a los militares españoles desde hace siglos. Así, modificó el Reglamento de Honores Militares para prohibir los mismos en servicios religiosos, de acuerdo con los “tiempos de Constitución, derechos y pluralismo”. En su opinión, los soldados estaban obligados a rendir “respeto” a los símbolos religiosos, pero “no honores”. El Partido Popular (PP) se erigió en portavoz del sentir de la Legión y otros cuerpos, y acusó entonces a la ministra Chacón de “crear un conflicto allí donde no lo había”, tras recordar que Felipe González, en 1984 y respaldado por 202 escaños, decidió que la aconfesionalidad del Estado y la rendición de honores militares en actos religiosos no eran incompatibles, a tenor del artículo 16.3 de la Carta Magna. La puesta en escena por las calles malagueñas tiene un sabor especial con el acompañamiento de La Legión, cuerpo castrense del ejército español que no falta a su cita ineludible con su Cristo y que es Hermano Mayor Honorario de esta entidad cofrade. Es una mezcla que se ha convertido en algo consustancial. Nadie entiende el Cristo de la Buena Muerte sin La Legión, y los legionarios sin la presencia de su sagrado protector en la noche del Jueves Santo mientras entonan con devoción ‘El Novio de la Muerte’.

La Semana Santa en Málaga se vive de una manera muy especial con la presencia de estos legionarios, desde su desembarco en el puerto malagueño, el desfile hacía la Basilica de Mena, la guardia al Cristo, el traslado de éste hacia el Trono procesional y la procesión del Jueves Santo detrás de su Cristo.

El actual líder del PSOE y ex ministro de Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente en funciones del Gobierno andaluz, José Antonio Griñán, prometieron “más laicismo” en el Congreso socialista del pasado mes de febrero, y amenazaron con “denunciar los acuerdos con la Santa Sede”. Durante la presentación del programa Chacón para separar Ejército y religión, el senador Agustín Conde, del PP, espetó a la catalana: “Le guste o no, la inmensa mayoría de la sociedad española es y se siente católica. No entendemos el interés en impedir a las Fuerzas Armadas Españolas ser como la Nación misma”.