El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó este viernes la esperada reforma laboral. Una reforma “extremadamente agresiva”, en palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos, supuestamente cazadas en Bruselas, pero que este viernes, en rueda de prensa, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha preferido definir como una reforma "profunda y completa" y que "va a marcar un antes y un después en la legislación laboral española".
Una reforma "histórica", que entró en vigor, y que "ataca la fuerte dualidad y la rigidez del mercado", según la ministra de Empleo, Fátima Báñez; que además ha apelado a la responsabilidad de los agentes sociales ante las advertencias de movilizaciones por parte de los sindicatos. Bañez se reunirá mañana con ellos para explicar los detalles de la reforma.
“Hacemos un llamamiento a la movilización para responder en la calle lo que es un ataque a los derechos laborales de los trabajadores”. El Coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara -foto-, se mostró la tarde del viernes así de explícito a la hora de valorar el contenido de la reforma laboral aprobada y presentada horas antes por el Consejo de Ministros.
Cuando todavía no hace dos meses que gobierna el Partido Popular (PP) ya se están movilizando para hacer una huelga general por los recortes que el Gobierno de Rajoy se ha visto obligado hacer a consecuencia de cómo dejó el país el Gobierno de Zapatero y por la reforma laboral aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros.
Me parecería bochornoso si no fuera que todos sabemos como actúan estos vividores sindicalistas de Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT), y partidos políticos como el de Izquierda Unida (IU) que preside Cayo Lara, otro que vive sin trabajar, que cuando en España se ha llegado a la friolera cifra de 5.400.000 parados y más de 1.500.000 de familias no perciben ninguna prestación no se hayan movilizado por no perder las subvenciones millonarias que les daba Zapatero, y ahora les preocupe el abaratamiento de los despidos cuando ya todos los españoles hacen cola en la Oficina de Empleo, y si todavía hay alguna persona que percibe una nómina es porque es funcionario público ó liberado sindicalista.
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