dissabte, 31 de desembre del 2011

La España corrupta del siglo XXI

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Los españoles tendremos la oportunidad de comprobar pronto si es verdad o mentira que “La Justicia es igual para todos”, como afirmó el rey Juan Carlos en su reciente discurso de Navidad. Hasta ahora, todo indica que esa frase es pura propaganda, pero tal vez las cosas cambien y los miles de políticos y poderosos que se han enriquecido ilícitamente dejen de ser impunes y sean juzgados, como los ciudadanos exigimos.

Esta España del presente, internacionalmente desprestigiada, económicamente hundida, políticamente corrompida y éticamente desnuda, es una obra exclusiva de la clase política y de algunos poderosos, sin que el pueblo haya tenido culpa alguna. El deterioro de la España del caso “Campeón”, de los Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) trucados en Andalucía, del Instituto Nóos del yerno del rey, la Sociedad General Autores Españoles (SGAE) depredadora, también por políticos, es tan espantoso que es mas urgente recuperar la decencia que reactivar la economía. Es más, sin limpiar España de canallas y sinvergüenzas, nunca será posible la resurrección.

Los escándalos de corrupción están arrasando España y provocando una insoportable lluvia de vergüenza y desconcierto en sus ciudadanos, que no comprendemos cómo y por qué nuestros dirigentes han caído tan bajo. Los últimos casos que ocupan las portadas de los medios de comunicación son la Operación Campeón el del Instituto Nóos, los EREs andaluces, mientras se van conociendo detalles espeluznantes de la auditoría externa de la (SGAE), que confirman la corrupción de esa institución, aliada y protegida del poder socialista, hasta convertirse en el lucrativo negocio de sus dirigentes, con la complicidad de los poderes públicos.

La corrupción en España ha sido y es una conspiración de unas personas con poder contra el pueblo y el bien común, un ataque sistemático al interés general y a la decencia con focos y metástasis en las administraciones públicas, los partidos políticos, Cataluña, Andalucía, Valencia, la Casa Real y otros muchos espacios de la vida española. Con lo cual hace falta una Justicia con togas independientes y valientes, para meter entre rejas a los corruptos sean del color que sean, y no como se ha hecho hasta ahora.