La periodista y biógrafa de Juan Carlos I, Pilar Urbano, ha explicado que el Rey hizo penitencia tras la foto de Carod y Maragall con la corona de espinas.
En mayo de 2005 fue publicada una fotografía de Carod-Rovira y Maragall bromeando con una corona de espinas, durante un viaje institucional a Israel y Palestina. La Conferencia Episcopal protestó por esta imagen, considerando que "las personas verdaderamente sensibles a la libertad religiosa y a los sentimientos de los creyentes respetan los lugares y los símbolos religiosos y se abstienen de mofarse de ellos".
Poco después, Pascual Maragall pidió disculpas y calificó la fotografía como una "estupidez".
Según cuenta la periodista en una entrevista en el periódico digital Público.es, el monarca es "su majestad católica, ese es su título, el gran maestre del Toisón de Oro, y eso requiere ser cristiano y ejercerlo". Por ello, Juan Carlos I le dijo a su confesor y amigo, fray Bartolomé Vicens, que algo tenía que hacer tras ver la foto de Carod y Maragall burlándose de uno de los símbolos de la Pasión de Jesucristo. Vicens le respondió: "Un gesto requiere otro gesto". En desagravio, al Rey se le ocurrió "irse al Cristo de Medinaceli y besarle el pie".
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