El pasado miércoles dio comienzo en la Audiencia Nacional el juicio por el asesinato del concejal José Javier Múgica, de Unión del Pueblo Navarro (UPN), el 14 de julio de 2001 en Leitza (Navarra), por la banda terrorista de ETA.
Durante el mismo tuvo que declarar Adoración Zubeldia, esposa de José Javier, y revivir los hechos de aquel fatídico 14 de julio. Cuando la magistrada de la Audiencia Nacional Ángela Murillo les iba hacer preguntas a las ratas que estaban sentadas en el banquillo, estas se negaron a ponerse en pie y contestar.
La juez tuvo un desliz al no percatarse que tenia el micrófono abierto de la sala de vistas, y tras la desgarradora intervención de Adoración hizo un comentario -muy humano por cierto- a un compañero del tribunal. "¡Pobre mujer!, ¡pobre mujer!, ¡encima se ríen los cabrones!", en referencia a la actitud indiferente de los acusados, el ex jefe militar de ETA Javier García Gaztelu, Txapote, y otros tres etarras del comando Argala.
Apenas 24 horas después del desliz verbal, la juez comenzó la segunda jornada del juicio con el anunció de que se apartaba del proceso para evitar males mayores. La juez Murillo asumió su error, y justificó que su imparcialidad podría quedar "afectada" y dio paso a un magistrado sustituto. La decisión fue muy acertada en mí entender, ya que de celebrarse el juicio se arriesgaba que debido a su imparcialidad demostrada en su comentario lo podían anular, y se tuviera que repetir dentro de un año.
El viernes se repitió el juicio y Adoración volvió a tener la valentía de declarar otra vez delante de los asesinos de su marido, -ya que lo podía hacer por videoconferencia-, y al finalizar su declaración preguntó al secretario judicial ¿Puedo mirar a estos chicos?, Este asintió, y Adoración sacando fuerzas de flaqueza se dio medio vuelta y clavó la vista en los inculpados, que parece ser que no aguantaron la presión y bajaron la mirada.
Después de todo lo que sabemos referente a ETA, y viendo todo lo que está pasando, no entiendo como unos políticos del Gobierno de España tuvieron la desfachatez de negociar y dar facilidades -¿a cambio de qué?- a estas ratas, humillando así a las victimas del terrorismo y a todos los demócratas que queremos vivir en paz, solo por el hecho de obtener a cambio unos beneficios políticos.
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