En su cuarto y último día en Madrid, el Papa Benedicto XVI clausuró la Jornada Mundial de la Juventud concelebrando una misa en el aeródromo de Cuatro Vientos, a la que asistieron más de un millón y medio de fieles de todo el mundo -foto-.
Desde su llegada el pasado jueves a Madrid se celebraron una cantidad de actos que no voy a mencionar para no extenderme, pero si que quiero resaltar tres de ellos que me emocionaron: El Vía Crucis por las personas que llevaron la cruz entre estación y estación, la visita a la Fundación Instituto San José, y estando en el aeródromo de Cuatro Vientos las palabras que tuvo de un recuerdo especial a las víctimas y familiares del accidente de Spanair en el aeropuerto Madrid-Barajas, el 20 de agosto de 2008.
Al finalizar la Eucaristía, Benedicto XVI dijo que la próxima ciudad que organizara la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2013, será Río de Janeiro (Brasil).
Ni el viento huracanado, ni los truenos, ni la lluvia, ni la delegada del Gobierno, y como no, ni los ‘antiPapa’, pudieron deslucir esta Jornada que será difícil de olvidar por la organización que hubo, y por el comportamiento ejemplar de un millón y medio de jóvenes que han dado una lección de educación, respeto y civismo.
No quiero finalizar este post sin antes felicitar, agradecer y dar las gracias a todas aquellas personas que directa o indirectamente han hecho posible que esta Jornada haya sido un acontecimiento que quienes han tenido la suerte de haber participado en ella, o quienes la hemos seguido por televisión no la olvidemos.
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