dilluns, 7 de març del 2011

Diez años sin «mili»

  jura de bandera

En 2001, el Gobierno de José María Aznar, del Partido Popular (PP) decidía acabar de golpe con 200 años de servicio militar obligatorio. La medida satisfizo a muchos de quienes se mostraban contrario a servir unos meses en las Fuerzas Armadas, pero no tanto a éstas, que de la noche a la mañana tuvieron que adaptarse a ser profesionales y a no contar con el apoyo de quienes acudían a los cuarteles a hacer unos trabajos que tuvieron que asumir los militares profesionales.

La medida fue popular entre los civiles pero recibió muchas críticas de los militares por la inmediatez con que tuvieron que pasar del modelo de reclutamiento forzoso a unos ejércitos profesionales sin los medios, el presupuesto ni el tiempo necesario para afrontar el cambio.

Hoy, diez años después, la ministra de Defensa ha decidido conmemorar que llevamos una década sin «mili». Y lo hace por todo lo alto, rodeándose de famosos (aún por confirmar) y de la cúpula militar en pleno, aunque a éstos no termine de hacerles excesiva gracia la celebración, en tanto en cuanto que quienes se beneficiaron de aquello eran quienes se oponían a servir en los ejércitos que ahora ellos dirigen y porque en ese momento la medida fue criticada por la celeridad con que se adoptó.

El acto tendrá lugar el próximo jueves en el acuartelamiento de Artillería Antiaérea «Capitán Guiloche» de Fuencarral, en Madrid, e incluirá además la inauguración de una exposición que recordará el servicio militar obligatorio y la evolución de las Fuerzas Armadas desde aquel real decreto de 9 de marzo de 2001.

Precisamente el viernes, con motivo de esta efeméride, Carme Chacón presentó al Consejo de Ministros un informe sobre la evolución de los ejércitos desde la supresión de la «mili».

«Durante más de doscientos años millones de jóvenes cumpliendo con sus obligaciones, sirvieron a España realizando su servicio militar», comienza el informe, que señala que «en solo diez años se ha pasado de un modelo de Fuerzas Armadas en el que cuatro de cada diez efectivos eran reclutas cumpliendo el servicio militar obligatorio, a un Ejército plenamente profesional».

El camino hasta este punto pasó por los notables problemas que los ejércitos tuvieron al hacerse repentinamente profesionales, empezando por las dificultades de reclutamiento y terminando por la reorganización del trabajo al que se vieron abocadas las unidades. Hoy, señala el informe presentado por Chacón, las Fuerzas Armadas están compuestas por 17.759 oficiales, 28.680 suboficiales y 82.875 soldados y marineros. Entre nuestros militares casi 16.000 son mujeres, lo que supone más del 12 por 100 de los efectivos en activo.