Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha perfilado el Mapa de la 'Mutilación Genital Femenina en España', un documento que establece que en el año 2008 ya había en nuestro país 10.451 bebés, niñas y preadolescentes en situación de riesgo de sufrir una ablación.
El dato fue anunciado por la investigadora Adriana Kaplan —pionera por haber conseguido crear el proyecto Iniciación sin mutilación como programa nacional del Gobierno de Gambia—, en base a los datos del padrón y nacionalidades correspondientes al año 2008.
El estudio muestra que en España se ha incrementado la población infantil procedente de los países donde se practica la ablación. En el año 2005 residían unas 7.000 mujeres de entre 0 y 14 años, mientras que en 2008 ya se superaban las 10.400. Este incremento, según Kaplan, se debe casi exclusivamente al incremento en el grupo de edad de entre 0 y 4 años, que ha pasado de las 3.600 niñas a las 6.000. Se da la circunstancia de que Cataluña acoge al 80% de la población gambiana de España, llegadas de uno de los países donde más se practica la ablación.
Los países en los que actualmente se practica la mutilación que implica el corte del clítoris y/o los labios menores son Senegal, Gambia, Guinea-Bissau, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Faso, República Centroafricana, Mauritania, Malí, Níger, Nigeria, Chad, Egipto, Tanzania y Kenia.
Los países que van más allá y cortan también los labios mayores y los cosen entre sí -dejando un orificio para la orina y la menstruación, siendo el tipo de mutilación más salvaje- son principalmente Sudán, Etiopía, Somalia, Yemen y Omán.
Ante la situación, la Obra Social de la Fundació La Caixa y la Diputación de Álava han financiado la creación y distribución de miles de trípticos para las familias africanas que acudan a un hospital o ambulatorio para convencerles de que esta práctica "no aparece en ninguna parte de el Corán", afirmó Kapler.
Estas dos entidades también han otorgado fondos para crear un libro para médicos en los que les anima a sensibilizarse sobre esta práctica atroz e intentar convencer a los padres durante las visitas médicas de que no mutilen a sus hijas, además de explorar bien a las niñas y llamar a la Policía en caso de que vean una ablación. Esta mutilación está castigada con entre 6 y 12 años de cárcel.
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