diumenge, 7 de febrer del 2010

Cáritas española al borde del colapso

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Estamos ante una crisis con resaca". El secretario general de Cáritas española, Sebastián Mora no se anda con paños calientes a la hora de describir, en blanco y negro, los efectos de la crisis entre "los últimos". Especialmente entre el millón y medio de españoles que viven en una situación de pobreza severa. De ahí que la entidad socio-caritativa de la Iglesia se encuentre al borde del colapso.

"La presión asistencial no se reduce. No sólo se mantiene en sus índices elevadísimos, sino que lo más probable es que aumente, dado el aumento del paro y del número de familias que no ingresan recurso alguno", explica el secretario general de la institución caritativa de la Iglesia.

Tanto es así que "los más pobres entre los pobres" ya están teniendo dificultades para "conseguir una alimentación digna y sana". Ante la pregunta de si ya hay gente en España que está pasando hambre, Sebastián Mora responde: "¿Pasar hambre? Hay gente que no tiene dinero suficiente para poder pagar el mínimo vital. Y eso es algo que está pasando no sólo entre los excluidos de siempre, sino incluso entre gente que antes disponían de una situación normalizada".

Cáritas no sólo atiende a los pobres y los cuenta (80 millones en Europa y 8 en España, de los que uno y medio son pobres de solemnidad), sino que, además, denuncia que "esta pobreza y exclusión no son fruto de causas naturales, sino de unas relaciones económicas injustas".

Más aún, según Mora, se está produciendo incluso una regresión social. "No hemos aprendido nada de los errores de antes de la crisis". Comenta el secretario general de Cáritas que, hace algún tiempo el presidente francés, Nicolás Sarkozy, decía que había que refundar el capitalismo. "Pues, ahora, de eso nada y estamos volviendo a lo de antes", replica.

A su juicio, "necesitamos un nuevo modelo de desarrollo, una nueva síntesis humanista en clave de solidaridad y no sólo en clave económica", porque "la sociedad actual es injusta" y, por eso, "exigimos que la caridad política se haga realidad". Es decir, que "la economía esté al servicio de las personas y no al contrario".