El descontrol en el anclaje de embarcaciones a la Costa Brava pone en peligro el fondo marino, según concluye uno de los estudios del proyecto Silmar, que la fundación Mar lleva a cabo para comprobar la salud de las costas catalanas. Y es que la carencia de boies hace que las embarcaciones echen el ancla y destruyan los prados de posidonia que habitan en el fondo marino, especialmente durante el verano por la presión turística. Aun así, y a pesar de advertir que no se puede bajar la guardia, el estudio afirma que el litoral tiene un buen nivel de salud.
El fondo marino del litoral gerundense peligra por el exceso de embarcaciones que lo fondean. Según el proyecto de la fundación Mar, la población de posidonias que habitan en el fondo marino de la Costa Brava está amenazada por la amarre indiscriminado de embarcaciones. La posidonia es una especie vital para el ecosistema, puesto que hace de almohada en la reproducción de pescados y fija el substrato marino.
El director de la fundación Mar, Miquel Ventura, ha explicado que la falta de boyas de anclaje hace que muchas embarcaciones lancen el ancla directamente en el fondo y arranquen las posidonias de cuajo. Ventura ha añadido que no hay ningún tipo de gestión concreta para que estas comunidades marinas se conserven y se recuperen.
La fundación Mar cree que, para paliar este problema, se tiene que aplicar la normativa comunitaria sobre protección de fondos marinos. Aún así, el informe concluye que la Costa Brava tiene buena salud, un hecho que la fundación Mar cree que puede ser diferente a las costas de Barcelona y Tarragona, donde empezará el estudio de sus fondos antes de final de año.
La población de posidonias que habitan al fondo marino de la Costa Brava está amenazada por la amarraje indiscriminado de embarcaciones.
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