Las cosas pintan feas para las multinacionales farmacéuticas. El sector, acostumbrado a ganar siempre y en cualquier circunstancia, se enfrenta a cambios dramáticos. Expiran las patentes, aumenta la cuota de mercado de los genéricos y los políticos, obligados a ajustarse al presupuesto, no están dispuestos a seguir soltando millones.
Según un reciente informe elaborado por Schroders, las farmacéuticas de todo el planeta comenzarán a perder cuota de mercado frente a sus competidos de medicamentos genéricos como consecuencia de unos precios mucho más bajos. En el año 2000, los genéricos representaban el 50% del mercado, frente al 70% actual.
Algunas empresas han optado por diversificar su negocio con el objetivo de conseguir fuentes alternativas de ingresos como vacunas y medicamentos sin recetas médicas.
Otras, buscan mercado en los países emergentes las más afortunadas optan por grandes operaciones y un buen ejemplo son las fusiones entre Merck y Schering-Plough y Pfizer y Wyeth.
En cualquier caso, la industria farmacéutica lo tiene muy difícil.
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