“Toda guerra es un fracaso”, pero depende de cuál, a la vista del giro de 180 grados que José Luis Rodríguez Zapatero le ha dado a esta declaración suya del 20 de marzo de 2003, el día que comenzaron los ataques militares de Irak. En aquel momento él estaba en la oposición; ahora preside el Gobierno. Entonces se trataba de derrocar a Sadam Husein por su supuesto arsenal de armas de destrucción masiva; ahora, el objetivo es evitar que otro dictador, Muamar el Gadafi, siga atacando a su propia población y estrangulando su libertad.
Todas “las guerras generan víctimas, entre quienes las hacen, los Ejércitos, y quienes las padecen, los ciudadanos”, afirmaba Zapatero cuando enarbolaba la bandera del “no a la guerra”. La de Irak, claro. Los iraquíes, decía, han sido víctimas “primero de un tirano y después de la insensibilidad y de la ceguera de quienes se llaman a sí mismos sus libertadores”. Por eso insistía en que eran “contrarios” a una “implicación” de España en un “hipotético, que ojala no se produzca, conflicto bélico”.
Lo que si es evidente que Zapatero abrió la puerta de La Moncloa diciendo “No a la guerra” de Irak y la cerrará con un “Sí a la guerra” de Libia. Como dice la presentadora del video: Quien la visto y quien lo ve.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada