"Hay de todo en la viña del Señor", reza un dicho popular. Pero lo que hizo el alemán Andreas Müller, está fuera de toda lógica. Resulta que la cadena de radio Sachsen-Anhalt regalaba un coche Mini a quien hiciera la mayor locura.
Müller no encontró nada mejor que tatuarse la palabra "Mini" en su pene para ganarse el prestigioso premio. El teutón llamó a la radio para comunicar que estaba totalmente dispuesto a grabarse la palabra en su glande. Ante la sorpresa de los presentadores, un equipo realizó una transmisión en vivo del acontecimiento.
Como nadie osó superar tamaña hazaña, el automóvil fue adjudicado al feliz hombre que llevará la marca de su coche tatuada en su miembro viril. "Que Dios lo guarde en su Santo Reino", diría otro refrán
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