dijous, 2 de desembre del 2010

Sencillamente vergonzoso

  ernest bernach, presidente en funciones del parlament de catalunya

El aún presidente del Parlament de Catalunya, Ernest Benach, que tiene 51 años y ha ejercido el cargo de presidente del Parlament desde el 5 de diciembre de 2003, cobrará 104.008,95 euros brutos al año durante los próximos cuatro años, así como una pensión vitalicia de 78.006,71 euros cuando cumpla los 65 años, según informa el Diari de Girona.

De acuerdo con la normativa vigente, Benach tiene derecho a percibir, como el resto de expresidentes, "por un período equivalente a la mitad del tiempo que ha estado al cargo, y como mínimo durante una legislatura", una asignación mensual equivalente al 80% de la retribución mensual que corresponde al presidente parlamentario. Después de la rebaja del 15% aplicada este año, el sueldo anual bruto para el presidente del Parlament es de 130.011,189 euros brutos.

Benach nació en Reus (Tarragona) en 1959, en 1979 entró a trabajar en la “Direcció General de Transports de la Generalitat”, y en 1980 con tan solo 20 años se dedicó plenamente a la política.

A finales de octubre de 2008 se vio envuelto en una polémica iniciada por el periódico ABC, donde era acusado de gastar 20.000 € de dinero público para adaptar en su nuevo coche oficial una oficina móvil con reposapiés, televisión y escritorio a medida, que al final tuvo que sacarlo ocasionando otro gasto cuantioso.

Es vergonzoso que este caballero que nunca ha dado un palo al agua, ya que siempre ha vivido a costas de los contribuyentes, cuando cumpla 65 años tenga una pensión vitalicia de 6.500,55 € al mes, cuando hay millones de personas que toda su vida laboral han trabajado en trabajos tan duros como son, el campo, la construcción, las minas, etc., y cuando han llegado a los 65 años su pensión no llega a los 1.000 € al mes.

Con razón cuando llegan unas elecciones (lo hemos vivido recientemente en Cataluña) se dan bofetadas para conseguir el poder, pero no precisamente para servir, sino para servirse de él, y aquí tenemos una muestra de ello.