El presidente de la Generalitat de Cataluña y primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), José Montilla, vive en una finca en Sant Just Desvern (Barcelona) de la que es propietario y que, según fuentes del mercado inmobiliario, antes de la crisis tenia un valor de no menos de 1,8 millones de euros (300.000.000 de pesetas).
El presidente era funcionario del Registro Municipal de Sant Joan Despi cuando en 1979, en las primeras elecciones de los ayuntamientos democráticos, se convirtió en teniente de alcalde de su ciudad por el PSC.
Antes de convertirse en presidente de la Generalitat, entre 2004 y 2006, Montilla fue ministro de Industria del Gobierno de Zapatero, con un salario que se situaba sobre los 80.000 euros brutos al año. Sin embargo, la adquisición de la casa, según afirman fuentes conocedoras de la operación, se produjo mucho antes, cuando Montilla aún era alcalde de Cornellà de Llobregat (Barcelona), cargo que desempeñó desde 1985 hasta 2004.
Como responsable de la Generalitat, Montilla percibe un sueldo de más de 169.446,78 euros brutos al año, casi el doble del presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, cuyos emolumentos se sitúan en 91.982 euros brutos al año.
La casa de la que disfruta el presidente no es el único indicio de la desahogada situación económica de la que goza. Los hijos trillizos que tiene con la actual esposa estudian en un selecto colegio privado extranjero.
En medios socialistas atribuyen el aparente desequilibrio entre la casa en la que vive el presidente y su estatus de funcionario público y político a dos hechos fundamentales. En el sorteo del Gordo de Navidad de la lotería de 1995, Montilla resultó agraciado con un interesante pellizco.
Lo paradójico es que el entonces alcalde de Cornellà no había jugado en el sorteo. Una constructora de la localidad, Cooperativa del Baix Llobregat, le regaló aquel año participaciones de un número de lotería a modo de felicitación de Navidad.
Desde que se inicio la crisis varios partidos políticos no han dejado de pedirle a Montilla que se rebaje el sueldo, Montilla se negó a aceptar las exigencias que le realizaron los grupos parlamentarios de Convergència i Unió (CIU) y Partido Popular (PP), para que se recortara su salario como mensaje de austeridad. Montilla aseguró que una medida como ésa no era sino “hacer comedia” En realidad Montilla aprobó en noviembre de 2008 subirse el salario 1,2% con lo que el sueldo del presidente pasó de 167.324 euros brutos anuales a los 169.446,78 euros actuales.
La esposa de Montilla, Anna Hernández, también ha dado muestras de una gran capacidad para acumular cargos públicos. Anna Hernández se inició en la Administración pública y política de la mano de su marido. En la actualidad, y en virtud de su condición de teniente alcalde de Sant Just y de diputada provincial de Barcelona, Anna Hernández ostenta hasta una quincena de cargos públicos. (Lean en este blog los artículos de los días 6 y 12 de noviembre).
2 comentaris:
Parece ser que esto de dedicarse al servicio de la ciudadanía debe estar bastante bien pagado, ¿no?
Pues parece que si Sr. Joan, unos van sobrados como el presidente Montilla y otros tenemos muchas dificultades para pagar la hipoteca de un triste piso y poder llegar a fin de mes, y suerte que nuestros hijos pueden estudiar en colegios públicos, que si no fuera así el día de mañana serian unos burros por no poderles pagar un colegio privado.
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