Al más que limitado presupuesto que arrojan la mayoría de las pensiones en nuestro país, para sobrevivir cada mes, se ha sumado un agravante que está haciendo que la vida de los padres -muchos de ellos ya jubilados-, de aquellos que están comenzando a formar una familia, sea cada vez más dramática.
La crisis económica está haciendo mella en los hogares españoles, hasta tal punto que, a consecuencia de la grave dificultad para encontrar un puesto de trabajo, sean demasiadas las familias con algún miembro o todos ellos en paro. De este modo, cada vez son más los jubilados que teniendo su piso en propiedad, lo entregaran como aval para la compra de un piso por parte de sus hijos y por ello se vean ahora en la calle, obligados a alquilar una vivienda en la que convivir con toda la familia.
Según la directora de Cáritas Diocesana en Valencia, Concha Guillén, la solución inmediata al problema de vivienda tampoco es fácil y son demasiadas ya las familias que se encuentran pasando graves penurias económicas, de hecho afirmaba que: “Pero ni a ese pago pueden hacer frente, por lo que la única salida que encuentran es la contribución que reciben de Cáritas”.
La cantidad media que la institución destinaba hasta ahora a la ayuda para el pago de alquileres rondaba los 24.000 euros mensuales, “una cifra que ha aumentado hasta los 35.000″, destacó Guillén.
Si en el pasado año 2.008 la institución atendió a 41.059 personas, la demanda se ha disparado hasta tal punto, que en septiembre ya se había sobrepasado en 250.000 euros el presupuesto anual.
El porcentaje de españoles que recurren a estas ayudas se cifra ya en un 31,5%. Desde Cáritas afirman que “se ha pasado de atender a los pobres a ayudar a nuestros vecinos”.
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