Representantes de decenas de países iniciaron ayer en la sede de la ONU en Nueva York una conferencia de tres días para analizar cómo mejorar la situación de las 650 millones de personas en todo el mundo que sufren alguna discapacidad a través de leyes nacionales y otras medidas.
En mayo entró en vigencia la Convención de la ONU sobre los Derechos de los Discapacitados, en la que se establecen los derechos a la formación, salud, trabajo, condiciones de vida adecuadas, libertad e igual trato ante la Justicia para los discapacitados.
La Convención, aprobada a finales de 2006 por la Asamblea General de la ONU, fue firmada por 142 países, mientras que 66 también la han ratificado. En virtud de esos acuerdos, los gobiernos se declaran dispuestos a eliminar leyes, costumbres y prácticas discriminatorias.
Los participantes en la conferencia tienen previsto elaborar un plan concreto para garantizar la participación activa en la vida social y la integración total de los discapacitados.
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