diumenge, 12 d’abril del 2009

Un ejemplo que deberían de seguir muchos ayuntamientos

  sin comentario

Una treintena de dueños de perros han sido sancionados las últimas dos semanas por no recoger los excrementos de sus mascotas en diferentes parques y vías públicas de Reus (Tarragona).

La patrulla de la Guardia Urbana destinada exclusivamente a los temas de medio ambiente ha recibido el encargo de intensificar los controles sobre las personas que tienen un perro a su cargo, tanto por el tema de la recogida de sus excrementos, como por los que poseen un perro de los considerados potencialmente peligrosos.

El expediente sancionador abierto contra estas personas que no recogieron las necesidades hechas por sus mascotas en la vía pública es tramitado a Salut Pública, que es la que impone la multa. Precisamente, esta área, a través de sus inspectores, también se encarga de vigilar que los amos de los perros cumplan con las ordenanzas. En este sentido, no recoger los excrementos del perro puede comportar una multa de 300 euros.

Aunque la patrulla de la policía local destinada a los temas medioambientales se mueve por toda la ciudad, las zonas en las que -de momento- se han intensificado más estos controles han sido las de Horts de Miró, Jardins de Reus o Mas Vilanova.

A pesar de la treintena de multas que se han impuesto estas dos últimas semanas a dueños de perros por no recoger los excrementos de sus mascotas, donde también trabaja más esta patrulla de la Guardia Urbana es en el control de los propietarios de perros considerados potencialmente peligrosos. En este sentido, los agentes comprueban si la persona que lleva el animal es mayor de edad, si también cuenta con el seguro obligatorio y la licencia o si el perro lleva el bozal puesto, entre otros aspectos.

Pero éstas no son las únicas atribuciones de esta patrulla medioambiental de la Guàrdia Urbana de Reus, creada hace un par de años. Los dos agentes que la conforman también trabajan, por ejemplo, en el control de los vertidos ilegales de residuos en diferentes puntos de la ciudad como solares o descampados. Entre estos vertidos suele haber material de obra o botellas en rieras y caminos. Por último, la patrulla también abre un expediente sancionador contra aquellas personas que alimentan a las palomas, ya que es algo que está prohibido.