dimecres, 9 de juliol del 2008

Quien a hierro mata, a hierro muere

  joan laporta

Poco se podía imaginar Joan Laporta cuando le hizo la moción de censura a la Junta del entonces presidente del Fútbol Club Barcelona Josep Lluis Núñez, que 10 años después esto mismo le iba a ocurrir a él, y menos se podía imaginar aún que aquella no la ganaría y ésta la perdería (aunque no haya llegado 66,6 % como dicen los estatutos, es evidente que el socio no está con él), no olvidemos que en aquella ocasión el Real Madrid jugaba al estadio, y ésta, ni siquiera había partido.

Cabe destacar que Josep Lluís Núñez desde el inicio de su mandato, tuvo como primer gran objetivo el saneamiento de la economía del Club, una de las asignaturas pendientes del Barça de finales de los setenta. Además de superar con creces este objetivo, logró dotar a la Entidad de una sólida estructura económica

Núñez se propuso hacer del Fútbol Club Barcelona la institución futbolística más grande del mundo y dotarla de un modelo de gestión ejemplar sin perder su peculiar idiosincrasia. Durante sus 22 años de presidencia, el Barça incrementó su patrimonio de forma espectacular, remodeló el Camp Nou y su entorno en diversas ocasiones (sin costarnos un solo duro a los socios), construyó el Mini Estadi (1982), el Museo (1984) que es el más visitado de Cataluña y una residencia para los jugadores de la cantera en la Masía.

Con Núñez al frente del Club, el equipo de fútbol conquistó gran cantidad de títulos, tanto en las competiciones estatales como en las europeas. Además, las otras secciones profesionales -baloncesto, balonmano y hockey patines- consolidaron su protagonismo y se convirtieron en equipos punteros a nivel europeo.

Núñez impulsó el nacimiento de un proyecto muy destacado para nuestro Club: la Fundació, que se ha acabado convirtiendo en una herramienta fundamental para promover al Barça, colaborar con las instituciones y cuidar del deporte base, las secciones, el Museo y todas las actividades relacionadas con el barcelonismo.

Con todo esto, en el año 1998 Joan Laporta iba de televisión en televisión explicando como se tenía que gestionar un club, pero se le olvido explicar que aparte de ser un buen gestor hay que tener buenos modales y saber respetar a todas las personas sean socias o no, ya que con actitudes chulescas y prepotentes no se puede dirigir un club, y menos uno como el FC Barcelona que tiene socios y simpatizantes por todo el mundo y de todas las ideologías religiosas, políticas, etc.

Cuando escribo éste artículo ignoro si Joan Laporta dimitirá, o no, pero si fuera un poco inteligente y sintiera verdaderamente los colores de nuestro Club debería de dimitir, ya que seria el favor más grande que se podía hacer él mismo y al Fútbol Club Barcelona, porque a partir de ahora cada vez que la pelota no entre va a pasar un calvario.