dimecres, 23 de febrer del 2011

Recordando la tarde-noche del 23-F

  asalto al congreso de los diputados el 23 de febrero de 1981

Con este post solo intento recordar unos hechos acontecidos en España hace exactamente 30 años, los cuales nos tuvieron en vilo a todos los españoles.

Tras la muerte de Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, España pasó de la dictadura Franquista a la Transición democrática. El camino a la democracia fue lento pero firme, en septiembre de 1976, el gobierno de Adolfo Suárez, aprueba su proyecto de la Reforma Política y hubo que preparar las primeras elecciones a Cortes, dos meses más tarde La Ley de Reforma Política tendría el apoyo de los españoles vía referéndum. Aprobada la Ley en febrero de 1977 desaparecen las principales restricciones para la legalización de los partidos políticos, todos ecepto el partido comunista de España que lo hará más tarde pasan a la legalidad.

Por fin el 15 de junio, 19 meses después de la muerte del dictador Francisco Franco se celebran las primeras elecciones democráticas, a las cuales acuden a las urnas unos 35 millones de españoles que dieron como vencedor a Suárez de La Unión del Centro Democrático (UCD), seguido de Felipe González, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Tras la dimisión del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, el 29 de enero de 1981, su propio partido designa a Leopoldo Calvo Sotelo, candidato para suceder a Suárez en el ejecutivo.

En el golpe del día 23 coinciden las distintas tramas golpistas que operaban desde el inicio de la Transición, mediante una acción coordinada. A las seis en punto de la tarde empieza la votación nominal para la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente del Gobierno de España. A las 18:22 horas, cuando iba a emitir su voto el diputado socialista Manuel Núñez Encabo, se inicia el asalto al Congreso de los Diputados. Según el plan trazado, un grupo de guardias civiles, subfusil en mano, irrumpe en el hemiciclo encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero. Éste, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!" y dio orden de que todos se tirasen al suelo.

Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del gobierno, el teniente general Gutiérrez Mellado se levantó y, dirigiéndose al teniente coronel Tejero, increpó a los asaltantes, pidiendo explicaciones y ordenándoles que depusieran las armas. Tras un brevísimo forcejeo y para reafirmar su orden, Tejero efectúa un disparo que es seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. Sin inmutarse el anciano general soporta el sonido de las armas. Mientras la mayor parte de los diputados obedecieron las órdenes de Tejero, el diputado Santiago Carrillo y el presidente Adolfo Suárez se mantuvieron sentados en sus escaños. Suárez incluso hizo el gesto para ayudar a Gutiérrez Mellado.

En estas imágenes se puede apreciar el golpe de estado fallido que ocurrió aquella tarde-noche del día 23 de febrero de 1981, al que todos lo recordamos como el 23-F.