Una socialista holandesa propone que el Estado pueda impedir a una mujer ser madre.
Las mujeres que el Estado considere inadecuadas para ser madres podrían ser sometidas a una anticoncepción forzosa durante dos años, según un proyecto de ley promovido por los socialdemócratas del Partij van de Arbeid. Si a pesar de todo la mujer se queda embarazada, el Estado podría incluso quitarle a su bebé nada más nacer.
La noticia la publica The Guardian, y la socialista Marjo Van Dijken, autora de esta norma propia de nazis que ya ha sido propuesta al Parlamento holandés, asegura que la propuesta de ley "se dirige a la gente que ha sido objeto de acción judicial por ser malos padres". Pretende así forzar a las madres que no se consideren idóneas a tomar anticonceptivos durante dos años o quitarles a sus bebés en el momento del nacimiento.
Sin embargo, la realidad holandesa deja en evidencia que esta norma podrá ser utilizada por cualquier funcionario del Estado para dictar la prohibición de ser madre de forma arbitraria. Basta con observar las brutales consecuencias que ha tenido allí la legalización de la eutanasia para darse cuenta del desamparo que provocan estas leyes que atentan contra la dignidad y los derechos humanos.
Paradójicamente, mientras los socialistas holandeses promueven una norma que convertirá la maternidad en una mera concesión del Estado, en los Países Bajos se puede matar a un ser humano en edad prenatal sin ninguna restricción. Bebés de muchos meses y totalmente viables son matados y despedazados en aras de una legislación que, por ejemplo, permite abortar por el mero hecho de que el bebé que se espera sea una niña
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