Los niños adoptados superan muchas situaciones "verdaderamente dramáticas" que han vivido previamente, resultando la mayoría de las tramitaciones "experiencias muy satisfactorias", según afirmó ayer el Presidente de la Asociación Española de Pediatría, Juan Ruiz Canela.
En este sentido, explicó que "es verdad que la adopción es un salto a lo desconocido y que implica muchos temores" pero que "en la mayoría de los casos las cosas salen muy bien" de manera que "las familias se ven recompensadas con esa actitud de generosidad que tienen".
Asimismo, y con respecto a los posibles problemas sanitarios y psicológicos que los pequeños puedan sufrir, mencionó que los niños abandonados por sus familias tienen "un factor riesgo" superior al de los no adoptados; destacando entre los más frecuentes el de que "posiblemente la madre no ha tenido suficientes cuidados durante el período prenatal" o que, debido a las pobres condiciones económicas de muchos de los países de procedencia de estos niños, puede que "no tengan una trayectoria de vacunación y estén un poco desnutridos". Además, según Ruiz Canela, se ha tener en cuenta la residencia en orfanatos y lo que esto conlleva.
"Cuando llegan a España se les hace una exploración pediátrica general y un estudio del desarrollo psicomotor; un seguimiento como a cualquier niño", indicó el experto, que apuntó que, en ocasiones, "este cambio tan radical de entorno produce retrocesos en los pequeños", como la pérdida de control sobre los propios esfínteres, y que "en algunos casos, padecen enfermedades contraídas en sus países de origen.
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