Según señaló la agencia, la fuerte segregación ocupacional entre géneros hace que mujeres y hombres estén expuestos a diferentes tipos de exigencias y tensiones. Las mujeres sufren más estrés que los hombres, sobre todo por acoso sexual, discriminación, trabajos con grandes exigencias emocionales y la doble tarea trabajo-hogar.
En cuanto a los principales riesgos en ámbitos laborales en los que predominan las mujeres, la agencia se refirió a los trastornos musculoesqueléticos (TME) de cuello y extremidades superiores, el estrés y la violencia ejercida por el público.
Las malas posturas, los movimientos repetitivos, la estancia prolongada de pie, el levantamiento y el transporte de cargas son las principales causas de los TME.
El 44% de los trabajadores de la Unión Europea son mujeres, pero tan sólo un tercio ocupan un puesto directivo. En el tercer trimestre de 2007 la tasa empleo de las mujeres entre 15 y 64 años fue del 58,8%, en comparación con la de los hombres que fue del 73,2%.
En este sentido, el comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, Vladimír Spidla, señaló en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que "el progreso en lograr que haya más mujeres que tomen decisiones han sido demasiado lento. Si creemos en los valores de la democracia, no podemos dejar a la mitad de la población fuera de las estructuras de poder".
La Estrategia Europea sobre salud y seguridad en el trabajo tiene como objetivo integrar las cuestiones de género en la prevención de los riesgos laborales. La Agencia Europea propone un modelo más sensible, ya que la mejora de la seguridad y la salud en el trabajo no puede contemplarse separadamente de aspectos más amplios relativos a la discriminación en el trabajo y en la sociedad.
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