Finalmente el ministro Sebastián, al que hace más de un año se le encendió la bombilla para acabar con el déficit energético, el que quiso, discretamente, la continuidad de la central nuclear de Santa maría de Garoña, ha cumplido su promesa. Todos los españoles, que hemos sufrido un incremento en nuestra factura de la luz de más de un 10% desde que hizo la promesa, empezamos a recibir un vale para cambiar en Correos por una bombilla de bajo consumo.
Toda la prisa que no se ha dado el ministro, debemos dárnosla nosotros, ya que tiene fecha de caducidad, concretamente el 31 de octubre próximo.
Pero los despropósitos no acaban aquí. El coste de esta iniciativa será repercutido contra el Plan E. Ese que se creó muchos meses después de la promesa de Sebastián y que se dedica, supuestamente, a financiar obras en los ayuntamientos para reducir el paro. ¿Cuántos puestos de trabajo creará la promesa de las bombillas?¿Qué obras públicas ha generado?
Además, el lema de la campaña es poco original, debe ser que, coincidiendo con la llegada del hombre a la luna y la famosa frase de Neil Armstrong, los creativos contratados por el ministerio no tenían ganas de trabajar y han optado por un anodino Un pequeño gesto para ti. Un gran gesto hacia todos.
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