El cine español se hunde en taquilla. La producción nacional perdió cerca de 1,5 millones de espectadores y en el que, por primera vez, las ayudas directas del Estado, 85 millones, superaron la recaudación de las cintas nacionales, que apenas llegó a los 81. La escasa rentabilidad del sector preocupa mucho a los productores y poco al Gobierno, que se felicita de haber alcanzado la cifra más alta de producción de los últimos años con 174 largometrajes.
Acostumbrados a vivir del bolsillo del contribuyente, el cine español naufraga. En respuesta en el pleno del Senado a una pregunta del parlamentario popular Juan Van Halen sobre el descenso de espectadores y recaudación de las películas nacionales en 2008, Molina dijo que el cine español no vive de las subvenciones, "pero no podría vivir sin el respaldo de la Administración".
Aseguró que el Fondo de Ayuda a la Cinematografía tiene una dotación anual de 88 millones de euros, pero es una cantidad alejada de los 300 millones que dedica Francia a su industria, de los 150 de Alemania o los 100 de Gran Bretaña. Aun así, recordó que el cine español es el segundo más fuerte de Europa en volumen de negocio, sólo precedido por el galo.
Las malas cifras del cine español traen de cabeza al sector y al ministerio de Cultura. César Antonio Molina presentó en el Consejo de Ministros el viernes un informe que «matizaba» los datos de 2008, en el que la producción nacional perdió cerca de 1,5 millones de espectadores y en el que, por primera vez, las ayudas directas del Estado, 85 millones, superaron la recaudación de las cintas nacionales, que apenas llegó a los 81.
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