El Centro Unesco de Cataluña presentó ayer en el puerto de Roses (Girona) la versión catalana de la convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que tiene como objetivo garantizar una mejor protección de los tesoros de las naves naufragadas.
La proliferación de saqueadores de tesoros marítimos con material tecnológico muy avanzado y polémicas como el caso Odyssey han obligado a las instituciones a intervenir en esta cuestión.
Estos 'piratas marítimos' buscan barcos en el fondo del mar y con artilugios tecnológicos consiguen sacar las piezas con la intención de venderlas posteriormente en el mercado negro.
El expolio marítimo imposibilita el estudio de la historia que esconden las piezas por lo que, según el director del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, Xavier Nieto, la convención supone un paso adelante en la protección de estos tesoros a nivel mundial. Se calcula que en los mares de los cinco continentes hay tres millones de barcos naufragados.
El pasado 2 de enero entró en vigor la Convención, que ya ha sido ratificada por países como España, Cuba, Rumania, Panamá y Bulgaria. Este convenio solo afecta los países firmantes. En total, más de 100 países y unos 20 Estados miembros de la Unesco ratificaron el acuerdo.
Nieto explicó que en Cataluña, desde 1992, se está realizando a través del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña un inventario de los tesoros marítimos. El principal objetivo es poner todo el patrimonio marítimo a disposición de la población, y evitar, por ejemplo, polémicas como la del Odyssey.
También reconoció que aún "hay mucho por descubrir" en el litoral catalán, y especialmente en la Costa Brava, que es donde se concentran la mayor parte de los barcos hundidos.
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