divendres, 29 d’agost del 2008

De las vacaciones… a las aulas

  varias niñas hacen cola el primer día de clase

El fin del verano puede ser un calvario para muchas familias. Septiembre trae consigo la vuelta a la rutina escolar y el retorno al trabajo para muchos padres.

Supone un cambio radical de los horarios, la asunción de nuevas responsabilidades y la necesidad de acomodarse a los usos del día a día.

Adaptarse a la nueva situación es muy importante para los niños y también para los padres. Si muchos de los adultos de la casa no se libran de sufrir el llamado síndrome postvacacional, a nadie debería extrañarle que para muchos niños también resulte estresante volver de nuevo al colegio. La razón está en que la vuelta al cole conlleva una adaptación progresiva que supone un gran esfuerzo físico y psíquico para los más pequeños de la casa.

Muchos padres deben afrontar conjuntamente la vuelta al trabajo con la vuelta al período escolar de sus hijos. Según el doctor Ignacio Ferrando, director de Programas Médicos de Sanitas, “ambas circunstancias traen consigo responsabilidades "prioritarias" en la mayoría de los casos y "urgentes" en algunos otros, lo que provoca una "compleja" situación de estrés individual e, incluso, en la unidad familiar”.

La comunicación entre padres e hijos juega un papel muy importante a la hora de minimizar los posibles problemas generados por esta situación. El niño está intrigado por una serie de preguntas como: "¿quién será mi próximo profesor?", "¿podré sentarme con mis amigos?". Este tipo de planteamientos pueden provocar en el escolar un estado de ansiedad, sobre todo, si corresponde a su primera incorporación en educación primaria, o bien, si es su primer curso en un nuevo centro.

Por otro lado, el especialista señala que “en el período inmediatamente anterior a la incorporación a la rutina escolar, los niños pueden sufrir el denominado síndrome de la normalidad (equivalente infantil del síndrome postvacacional adulto), que les provoca hastío, cansancio y ansiedad”, llegando en algunos extremos a “casos depresivos”.

Para el doctor Ferrando, es muy importante tener en cuenta que “la depresión en niños y adolescentes no suele evidenciarse a través de la tristeza sino a partir de actitudes irritables y agresivas”. Entender a tu hijo y saber cómo ayudarle es básico para combatir este tipo de problemas