Gran parte de los profesores y muchos de los padres se decantan sin dudarlo por la jornada continua, pero los profesionales de la Psicología infantil no lo tienen tan claro.
Raquel Berdejo, del gabinete de Psicología 'Psicobrain', de Logroño, admite que éste es un tema complicado y «muy debatido» incluso entre sus propios compañeros de profesión. Su opinión personal, en cualquier caso, es que «el aprendizaje distribuido siempre es mejor que el masivo».
«Desde el punto de vista del aprendizaje -explica-, está bien que los niños descansen a mediodía, que vayan a comer, salgan del colegio, descansen un rato y vuelvan».
Otro punto en contra, según Berdejo, es que «no se puede rendir bien en el colegio desayunando a las ocho y no volviendo a comer en condiciones hasta las dos de la tarde». «Hay que pensar -dice- que en otros países donde existe la jornada escolar continua, todos los alumnos comen temprano en el colegio y después siguen las clases hasta las cuatro. Ese tipo de jornada continua parece más lógica».
Por su parte, María Pilar Yangüela, psicóloga infantil del gabinete 'Psico 360', sin ser rotundamente contraria a la jornada continua, sí admite sus «dudas». «Por una parte es cierto que volver a casa a mediodía es beneficioso para los niños, porque descansan y salen del contexto escolar, pero también hay que pensar qué pasa si ese niño tiene media hora en autobús hasta su casa, y tiene que ir y volver cuatro veces». A su juicio, cada sistema tiene sus pros y sus contras «dependiendo de la situación personal y familiar de cada niño».
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